Ondulaciones de la memoria
"El recuerdo es un animal que nunca acaba de ser domesticado"
Rubén Bareiro Saguier
Dúctil, ligera, intensa, sinuosa. Así es la memoria. La que nos constituye y nos da forma humana, pero también la que nos disuelve en espejismos que nunca terminamos de conjurar. La memoria se construye en comunidad y se preserva en lo público y en lo íntimo.
La memoria, como facultad y como ejercicio, cobra cuerpo en esta exposición de Adriana González Brun. Es una memoria tramposa, lúdica, que va y viene en ondulaciones reiteradas. Que se rebela, se desborda y excede los límites y las convenciones del archivo. Una fuerza viva que se agazapa, se lanza sobre la presa y se retrae. La memoria, esa memoria que esta muestra explora, es también fantasía, ficción, apuesta. Es memoria de lo precario, del hogar perdido y el horizonte inasible. Es memoria de cárcel y de cielo. La memoria, esta memoria, sazona el recuerdo mientras la noche se pasea por la casa y con sus dedos fríos recoge el pan que se ha caído.
Adriana Almada
Curador