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Basura

Desquite de los pliegues

 

Aunque librado del cuadro de las violaciones de los derechos humanos ocurridas durante la dictadura y consolidado formalmente en su institucionalidad democrática y su espesor ciudadano durante la llamada TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA, el país vio acelerarse el tiempo viejo de la corrupción y la inequidad social y crecer la invasión de una cultura global que no puede establecer interlocuciones fecundas con la local ante la ausencia de políticas culturales que regulen las desmesuras del mercado. De cara a esta situación, la obra de Adriana González se consolida durante los '90 en torno a preocupaciones sociales y políticas bien definidas.

 

Es en este contexto que debe ser inscripta la obra que presenta ahora la artista. Consiste ella en un cesto descomunal construido con varillas metálicas, a modo de las papeleras de oficina. El recipiente se halla repleto de hojas de periódico arrugadas; residuos de una información que ha perdido la vigencia. O que nunca la tuvo: formalmente, las publicaciones se encuentran deformadas, estrujadas, en gran medida por la instrumentalidad del mercado. Alisado por los imperativos de la publicidad y la noticia rápida y fácilmente consumible, el lenguaje pierde espesor y densidad, rugosidad: pierde los pliegues que precisa la diferencia para manifestarse en su opacidad y sus espesores.

 

Entre muchas otras connotaciones que provoca la exposición del residuo y la basura (las paradojas que generan sociedades consumistas cada vez más pobres), el gesto de Adriana puede ser leído como operación que interfiere la lectura fácil y perturba la información fast y sus discursos desesperadamente claros. Adorno propone una ESTÉTICA NEGATIVA, capaz de perturbar el lenguaje para enriquecer la comprensión de sus contenidos; éstos nunca deben ser totalmente revelados para que pueda seguir trabajando la poesía y fluyendo las palabras. La operación de Adriana no sólo desecha metafóricamente la futilidad mediática y apresura el destino residual de la noticia vana: también restituye los pliegues a la información desplegada y comprime ésta para exprimir otros sentidos suyos, devolver la densidad a la superficie plana y contestar la liviandad del sensacionalismo con la forma arrugada del drama.

 

Ticio Escobar, en Asunción 2002

“…Una enorme papelera ocupa más de la mitad del salón principal de exposiciones del MAC ( Museo de Arte Contemporáneo);  Está construida con dos formas de alambre que, a la manera de un sandwich, apresan hojas de diario estrujadas como pelota. La instalación de Adriana González Brun (1964) tiene un gran impacto visual de engañosa belleza, entonada en grises acerados de metales e impresiones tipográficas. Son los grises que envuelven al ciudadano con la profusa información que la tecnología difunde por diferentes medios y también los grises del desecho que la sociedad rechaza y devuelve…”

 

Elisa Roubaud, 2000

Diario El País, Montevideo, Uruguay. 

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